¿Alguna vez has oído hablar del bruxismo? Se trata de una patología que, en la actualidad, afecta a más del 40 % de los españoles.
El bruxismo es un mecanismo por el cual los músculos masticatorios se contraen involuntariamente por la noche mientras dormimos provocando que apretemos los dientes o que rechinen. También se puede dar por el día pero en menor medida.
Los principales síntomas que podemos notar son dolor de los músculos de la boca, dolor cerca del oído (en la articulación ATM), dolores de cabeza, dolor en cuello o cervicales y sobre todo desgaste del esmalte de los dientes.
Cómo tratar el bruxismo
El tratamiento clásico es la férula de descarga. Es un protector de resina plástica hecho a medida y que sirve para proteger los dientes por la noche evitando el contacto de los dientes superiores contra los inferiores. Es el mejor método de prevención del desgaste de los dientes.
¿Pero qué pasa cuando el desgaste de los dientes es excesivo?
Cuando los dientes del paciente son ya muy pequeños empiezan otra serie de problemas más graves a parte de los anteriormente descritos: dolores cada vez más continuos y afectación grave a la estética del paciente, llegando incluso a crear un trauma psicológico.
En estos casos, sigue habiendo una solución, la llamada Rehabilitación Oral de Alta Complejidad. Consiste en conseguir volver a agrandar todos los dientes combinando diversas técnicas odontológicas avanzadas: cirugías de alargamiento coronario mediante el recorte de encías (periodoncia), desvitalizaciones de los dientes muy sensibles y colocación de pernos (endodoncia), alineamiento de los dientes (ortodoncia) para finalmente poder recubrir al diente con carillas o fundas de porcelana (estética).
Hasta hace 10 años el tratamiento con fundas era lo más habitual pero había que desgastar o limar mucho a los dientes para luego cubrirlos con las fundas, lo cual provocaba problemas más graves con el paso del tiempo. En la Clínica Drs. Martín Toledo Odontología Especializada vamos más allá y aplicamos las técnicas adhesivas más novedosas con las cuales ya casi no es necesario limar al diente.
Este principio de no agredir más al diente se conoce como tratamientos de mínima invasión.
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